domingo, 9 de mayo de 2010

Ratios y otras excusas

Si en el mes de abril trabajas once horas seguidas, duermes entre siete y ocho, dedicas dos horas a comer, le restas el tiempo dedicado a ducharte y a acicalarte, te quedan, en el mejor de los casos: dos horas y cincuenta y cinco minutos de ocio. En este cálculo no he contemplado el tiempo destinado a despotricar contra la empresa, quejarte hasta la saciedad y reivindicar la explotación de la que eres objeto. Esta terapia es especialmente edificante y necesaria y su duración vendrá determinada por el grado de "cabreo" generado en la jornada en cuestión. En este momento el ratio de ocio disponible se sitúa en un escalofriante 8,3%. El palpable déficit de tiempo libre se tradujo, entre otras consecuencias que no procede enumerar, en el abandono del blog. Y aunque abril quede atrás, cuesta romper las inercias silenciosas de las últimas semanas. Intentaré combatirlas en los próximos días.



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