domingo, 11 de noviembre de 2012

Remordimientos


Ahora mismo leo todo y nada. ¿Cómo puede ser? Es. Tengo tantos libros abiertos, tantas lecturas inconclusas que tengo remordimientos lectores, por no leer todo lo rápido que debería, por ser tan osada e inconsciente de abrir otra obra por la primera página y no saber cuándo la acabaré. Por no hablar de los libros que he comprado y que tardaré un lustro en abrir, eso siendo optimista. Mientras tanto se cubrirán de polvo en las estanterías y esperarán anhelosos que alguien se adentre en ellos. Disfruto leyendo “Week-end (d’estiu) a Nova York” de Josep Pla, una guía algo antigua – escrita en 1954, creo- pero deliciosa y que me aclimata para lo que me espera en la Gran Manzana dentro de unas semanas. No creo que haya nadie mejor que Pla para guiarme con su prosa aguda y rica por las calles de la que dicen es la capital del mundo. Leo “París era una fiesta” de Ernest Hemingway y contemplo los gozos y miserias que pasó en los años 20 en París, los artistas con los que se relacionó, el afán con el que se volcó en su escritura y las botellas vacías que dejó a su paso. Me gusta su escritura sin florituras pero con garra. Me sonrió a la vez que aprendo inglés con “The importance of being Earnest” de Oscar Wilde, esta historia fresca y de enredo es capaz de suavizar los ceños fruncidos acumulados durante la jornada. Leo y subrayo “Textos literarios del siglo de Oro” y no hay nada más qué decir. Desde agosto tengo empezado “Cartas a un joven poeta” de Rilke, contiene tan sólo once cartas, he leído una y media por mes. Estimo que en febrero de 2013 cerraré definitivamente sus páginas. “Paseos con mi madre” de Javier Pérez Andújar, una lectura que me atrapó cuando lo compré en mayo sigue inacabado, vuelvo a él de forma inconstante pero no dejo de disfrutarlo, sus apuntes me parecen agudos, poéticos, originales. Me revela una peculiar visión de Barcelona y de su periferia.  Hay alguno más pero no albergo pretensiones de acabarlos este año, se trata de lecturas que son aparcamientos lectores, en los que me refugio las noches solitarias y más oscuras. Y pasan los días y no leo todas estas páginas y me siguen esperando impacientes para ofrecerme la belleza que contienen. Tiempo, lectura, impaciencia, páginas, remordimiento.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Le retour


El retorno es un sustantivo que se vuelve verbo conjugado mientras escribo estas líneas. Olvido es la materia polvorienta y pesada que invadió este espacio.  Inconstancia es ese algo que no hace falta describir, sólo es necesario ver la fecha de la última entrada. Tres frases para explicar este hueco. Suficientes.