lunes, 22 de noviembre de 2010

Confidencias


Conocer algo más sobre Mario Benedetti es siempre bienvenido, más si esas informaciones proceden de conocidos suyos o incluso de amigos.  Nunca me canso de escuchar hablar de él o de leerlo, la admiración es una fuente inagotable de curiosidad. Descubrí al poeta hará diez o doce años. El hermano mayor de una buena amiga lo leía con fruición, él también escribía poesía – no sé si todavía lo hará, la buena amiga dejó de serlo- y sus dos grandes influencias eran Benedetti y Lorca. Así empezó esta relación con sus poemas musicales, amorosos, sembrados de humanidad, rezumantes de vida.

Su agente literario  nos habló el pasado jueves en la biblioteca Francesca Bonnemaison. Habló mucho y todo fue importante.  Exaltó su sencillez y humildad, el amor incondicional que anidó en él toda su vida por Luz, su mujer. Explicó las dificultades vitales con las que se encontró el poeta durante su vida : el exilio político, la separación de su esposa durante ocho o diez años. Nos hizo reir con alguna anécdota. Explicó que Mario Benedetti dejó de visitar Méjico para promocionar sus libros ya que el fervor que despertaba en sus admiradores le superaba. Llenaba auditorios y fuera le esperaban miles de seguidores, siguiendo el acto. En una ocasión, una fan cortó un trozo de su corbata, quería quedarse con alguna prenda del poeta. Esta pasión, propia de las groupies hacia las estrellas del rock, sorprendía y abrumaba al poeta, tan poco habituado a estas expresiones.

Los dos asistentes coincidieron en señalar que, tras la muerte de Luz, el poeta se apagó. Sobrevivió un año a su esposa. Sin ella, la primera lectora y crítica de sus poemas, no pudo continuar. La musa a la que le dedicó cada uno de sus libros y que inspiró tantos bellos poemas de amor, como éste, por ejemplo :

 Yo no te pido que me bajes 
una estrella azul
solo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.

Yo no te pido que me firmes
diez papeles grises para amar
sólo te pido que tu quieras
las palomas que suelo mirar.

De lo pasado no lo voy a negar
el futuro algún día llegara
y del presente
que le importa a la gente
si es que siempre van a hablar.

Sigue llenando este minuto
de razones para respirar
no me complazcas no te niegues
no hables por hablar.

Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
solo te pido que mi espacio
llenes con tu luz. 



Yo no te pido, Mario Benedetti.



lunes, 8 de noviembre de 2010

LENNONYC


Hace unas semanas vi el documental Lennonyc en el marco del festival Inedit Beefeater. Una apuesta que se consolida año tras año en Barcelona y que, al llegar el otoño, nos trae algunas propuestas sumamente interesantes. Ésta fue una de ellas. El documental se centra en los años que pasó John Lennon en Nueva York, ciudad en la que se instala con Yoko Ono, tras un intento frustrado de vivir en Londres dónde no consiguieron adaptarse, ya que Yoko recibió un profundo rechazo por parte de la población londinense. Supongo que se la consideraba la responsable de la ruptura del grupo beat. En Nueva York el artista consigue vivir tranquilo, recupera cierto anonimato y puede vivir como un ciudadano más de a pie.


Pronto John Lennon contacta con representantes del  movimiento pacifista e inicia una cruzada particular en defensa de los derechos humanos y la paz. Su popularidad le ayuda a extender su mensaje a un sector amplio de la población. Estas actuaciones no gozan de la aceptación del Gobierno, la respuesta gubernamental es su expulsión del país. Recurren la sentencia de deportación y se inicia un proceso judicial que durará varios años. Finalmente y contra todo pronóstico, años después, conseguiran la residencia norteamericana.

Paralelamente a estas iniciativas. Empieza a componer, forma una banda. Su primer disco en solitario será un rotundo fracaso de ventas y de crítica. A esto se sumará su posterior ruptura con Yoko Ono. Se instala en Los Ángeles. Es el inicio de una fase de autodestrucción, beberá, saldrá mucho y la música quedará a un lado. Sin Yoko, el artista está perdido.

Compone una canción con Elton John que se convertirá en un éxito de ventas. A petición del cantante, interpretará esa canción con él en un concierto en el Madison Square Garden. A pesar de  sus escasas apariciones en los escenarios de los últimos años, John Lennon es ovacionado por el público asistente, no le olvidan. Yoko Ono se encuentra entre los espectadores. Tras el concierto hablan y llega la reconciliación.

Tendrán un hijo, Sean. En esa época, Yoko se ocupa de los negocios y  John se convierte en amo de casa. Abandona la música temporalmente, sólo quiere disfrutar de su hijo, verle crecer, jugar con él. Su entorno dice que John ha cambiado, está tranquilo, feliz. La paternidad le ha barnizado con un toque de serenidad.

Pero pasan los años y el artista siente el reclamo de la música, tiene que volver. En 1980 graban dos discos, en los que se alternan los temas de John y Yoko. Antes de Navidad, meses después de la publicación del primer disco, es asesinado delante de su casa. La gente llora la muerte de una estrella del pop. Empieza la construcción de una leyenda. 

domingo, 7 de noviembre de 2010

Pla



 Escric desde criatura, però l’escriure és en mi una activitat artificiosa i sobrepasada. No tinc pas una idea clara – i això sembla que passa a molta gent- del que hauria de fer en la vida, i sobretot del que em convindria. “Josep Pla. El Quadern Gris.

Un Pla muy joven nos dice que no sabe  qué quiere hacer en la vida. Eterna pregunta de los jóvenes y los no tan jóvenes. Más tarde lo descubriría. Su obra lo atestigua. Dedicó su vida a escribir.

Cualquier frase de Josep Pla es un regalo. He extraído ésta al azar de la obra más famosa del autor y, debo reconocer, la única que he leído. La adjetivación fue su gran preocupación. Encontrar el adjetivo preciso, adecuado.  Creando siempre esas descripciones concisas que pueblan su obra, retratos perfectos de las tierras en las que vivió y que visitó, de las personas que conoció y sus vivencias personales. Escribió sublimes descripciones como esta: “Ha fet un dia clar i una tarda dolça que he vist morir darrera els vidres. Crepuscle de nuvolades fosques, sobre el blanc oxidat de la volta del cel, amb una mica de rosa i regalims morats a ponent.”

He visitado la Fundació Josep Pla en Palafrugell. Una breve pero completa aproximación al escritor a través de la exposición permanente y los audiovisuales. Escribió mucho y bien. Le tocó vivir una época difícil. Durante los primeros años de la dictadura escribió en catalán y sus obras eran traducidas al castellano para ser publicadas. A principios de los sesenta la editorial Selecta publica sus obras completas en catalán. Hasta pocos años antes de morir trabajó como periodista, colaborando en el “Diario de Barcelona” y la revista “Destino”. Las colaboraciones con esta última publicación le permitieron viajar por todo el mundo. En vida no siempre obtuvo el reconocimiento merecido por parte de la crítica y los círculos literarios catalanes, debido a sus adscripciones políticas. Pla murió el 23 de abril de 1981. Había publicado treinta y ocho tomos de su obra completa, más de treinta mil páginas.

Me fascina el amor que profesó Josep Pla a su tierra, “l’Empordà”, a sus gentes, a su lengua. Su obra es el tributo y reflejo de esa pasión.