domingo, 7 de noviembre de 2010

Pla



 Escric desde criatura, però l’escriure és en mi una activitat artificiosa i sobrepasada. No tinc pas una idea clara – i això sembla que passa a molta gent- del que hauria de fer en la vida, i sobretot del que em convindria. “Josep Pla. El Quadern Gris.

Un Pla muy joven nos dice que no sabe  qué quiere hacer en la vida. Eterna pregunta de los jóvenes y los no tan jóvenes. Más tarde lo descubriría. Su obra lo atestigua. Dedicó su vida a escribir.

Cualquier frase de Josep Pla es un regalo. He extraído ésta al azar de la obra más famosa del autor y, debo reconocer, la única que he leído. La adjetivación fue su gran preocupación. Encontrar el adjetivo preciso, adecuado.  Creando siempre esas descripciones concisas que pueblan su obra, retratos perfectos de las tierras en las que vivió y que visitó, de las personas que conoció y sus vivencias personales. Escribió sublimes descripciones como esta: “Ha fet un dia clar i una tarda dolça que he vist morir darrera els vidres. Crepuscle de nuvolades fosques, sobre el blanc oxidat de la volta del cel, amb una mica de rosa i regalims morats a ponent.”

He visitado la Fundació Josep Pla en Palafrugell. Una breve pero completa aproximación al escritor a través de la exposición permanente y los audiovisuales. Escribió mucho y bien. Le tocó vivir una época difícil. Durante los primeros años de la dictadura escribió en catalán y sus obras eran traducidas al castellano para ser publicadas. A principios de los sesenta la editorial Selecta publica sus obras completas en catalán. Hasta pocos años antes de morir trabajó como periodista, colaborando en el “Diario de Barcelona” y la revista “Destino”. Las colaboraciones con esta última publicación le permitieron viajar por todo el mundo. En vida no siempre obtuvo el reconocimiento merecido por parte de la crítica y los círculos literarios catalanes, debido a sus adscripciones políticas. Pla murió el 23 de abril de 1981. Había publicado treinta y ocho tomos de su obra completa, más de treinta mil páginas.

Me fascina el amor que profesó Josep Pla a su tierra, “l’Empordà”, a sus gentes, a su lengua. Su obra es el tributo y reflejo de esa pasión.

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