martes, 3 de agosto de 2010

Pantomima

Inverosímil resulta la pantomima que representa día tras día Berlusconi en la esfera política italiana. Su gobierno no comulga con la democracia ni pretende simularlo. Su última gamberrada es sublime: ha expulsado al cofundador de su partido, el Pueblo de la Libertad. Hace tan sólo dieciséis meses la Forza Italia de il Cavaliere y la Alianza Nacional de Fini se fusionaron en esta nueva formación política. Podríamos aceptar que se diesen disensiones ideológicas entre los dos líderes pero no ha sido así. Tras la expulsión de Fini se halla una nueva maniobra para silenciar las críticas de los que arremeten contra el primer ministro italiano. Fini ha censurado abiertamente los decretos leyes para soslayar los trámites parlamentarios. Ha cuestionado que Berlusconi quiera combatir la mafia y tras los nuevos episodios de corrupción, ha solicitado la dimisión de dos ministros. Sin lugar a dudas, Gianfranco Fini es una presencia incómoda para Berlusconi, por ello, le ha solicitado también que dimita de su cargo como presidente del Parlamento italiano. Es mucho más relajado campar a sus anchas por los pasillos de las Cortes decidiendo unilateralmente sobre cualquier cuestión de política nacional, conchabado con algunos sectores de dudosa reputación – esto es un claro eufemismo-, controlando todos los medios de comunicación y atentando a la libertad de prensa sistemáticamente. Es mucho mejor tener un gabinete salpicado por escándalos de corrupción pero mudo - el dinero es un buen bozal - y si deciden hablar, ya los llevará a su Villa en Cerdeña para que olviden lo que querían decir. Menudo bochorno. A todo esto, dónde está la oposición? Ah, se llama Gianfranco Fini y sus días en la política probablemente sean contados.

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